martes, 24 de abril de 2012

Manjares demenciales

Detrás de las enormes puertas de hierro las ninfas van abriendo el paso con sus cuerpos y rostros repletos de excitantes coloridos.
Una vez adentro de aquel lugar se puede elegir entre todas las habitaciones según los elixires preferidos de cada uno. Aquellas damas hermosamente alegres llevaran las bandejas doradas repletas de aquellos manjares. Todos tienen su lugar en el palacio para todo tipo de derroche y distracción.
Ella te soplara al oído las cartas de los demás haciéndote creer su elegido cuando en realidad terminan secreteándole tus cartas a algún jugador oponente, al final solo disfrutara de su cuerpo un tercero que ni siquiera formaba parte de aquella partida.
Cada uno disfruta como mas le gusta, nada mas queda que reír y recordar penas amargas que serán tapadas con el disfraz de la locura.
El rey solo observa a sus invitados y disfruta riendo a carcajadas que resuenan en todos los rincones, ama el solo hecho de verlos desinteresados por el afuera y sin control alguno de lo que otros puedan pensar.
A la mañana siguiente las ninfas solo son mujeres desnudas y los tipos se van a laburar como todos los días.

Carla Daniela Fra



miércoles, 4 de abril de 2012

Vuélveme a construir afuera

Vuélveme a construir afuera, no seré por siempre aquel que destruyeron en esta celda oscura.
Vuélveme a construir afuera para volar con las banderas y estremecer en la música noble del tiempo.
No llores por la vara ilógica que me condeno. Grita mi nombre, corre por revolución.
No me encontraran cuando vuelvan al amanecer aquellos nefastos.
Cada pedazo de mi ser renace cuando tus manos me reconstruyen en libertad.
Esos monstruos que quisieron manchar siempre nuestras poesías con sangre, quisieron derrotar las notas.
Aquellos que nos robaron los mejores tiempos, los que me empujaron esa noche por la cornisa.
Nunca calles mi voz, vuélveme a construir afuera y para siempre en esas misas. Para siempre en esos roces frenéticos, pasionales, espesos sueños que te recorren.

Carla Daniela Fra